Te levantas un día más para encontrarte con una nueva cepa, un nuevo miedo diseñado para saltar de la pantalla a tus células. Ya le has puesto el brazo al sistema para que te inocule docilidad y modifique la espiral de tu ADN por un cuadrado en cuyas esquinas choca tu pensamiento. Y ni siquiera te das cuenta de que ha sido inútil. No eres más que una marioneta cayendo de bruces sobre un escenario, cegada por las luces, representando un triste papel en una obra cuyo guion desconoces.
Borrego Matrix
