En breve podré compartir con todos ustedes el poemario Desde mi útero.
Veinte poemas que surgen del reconocimiento, la conexión y la escucha con ese centro energético y creador asociado a lo femenino.
¿Alguna vez te has detenido a pensar en el útero, tanto si eres mujer como si eres hombre? ¿Te has puesto a ver qué forma tiene? Si lo observamos detenidamente vemos que tiene forma de cáliz, y para mí eso es lo que es: un Cáliz Sagrado contenedor de vida, como un cuerno de la abundancia que nos ofrece los tesoros de nuestra propia creatividad, muchas veces silenciada y reprimida.
Cuando leo sobre la búsqueda del Santo Grial, no puedo evitar sonreír al pensar que lo han estado buscando en los lugares equivocados, solo había que mirar hacia el interior de la mujer que siempre estuvo cerca: la compañera, la madre, la hermana. No hacía falta emprender una cruzada, solo hacía falta otra forma de mirar, una que nos ayude a reconocer lo sagrado femenino, la vasija contenedora de vida, no solo de otra vida humana, sino de la vida en sí misma, esa que se agita al interior de todos sin importar el género.
Si eres mujer, escuchar y reconocer tu útero es el primer paso para reconciliarte con la vida, si estás peleada con tu menstruación, con tus ciclos femeninos, no solo estás peleada con tu esencia, estás peleada con la vida misma. Ya es hora de reconciliarnos.
Si eres hombre y quieres honrar la vida, entonces reconoce en cada mujer que te rodea a la Diosa Madre, esa que te dio la vida, esa que está conectada a la fuente de un río indetenible, en cuyas aguas todos nos hallamos sumergidos conectados a través del latido primigenio que nos hace respirar, soñar, imaginar y crear.
El útero es un órgano físico dentro del cuerpo de las mujeres, pero también es un lugar simbólico, un espacio muy vivo dentro de nuestra psique, pues en sus aguas flotamos plácidamente sintiéndonos seguros antes de salir al bullicio y el caos.
Siendo el útero el principal medio que tenemos para perpetuarnos como especie es de vital importancia reconectar con su esencia, esa que nos permite crear, dar a la luz a nuestros proyectos, navegar en las mareas de nuestros ciclos sin hundirnos.
Desde mi útero es fruto de un proceso de reencuentro y reconciliación con esa parte de mi cuerpo, de mi psique y de mi esencia que finalmente me di el permiso de sentir.
Aquí te dejo su poema inicial.
DE KORE A PERSÉFONE Por mi sangre corren semillas de granada fui Kore la doncella raptada por Hades Yo recogía flores él emergió de una grieta así comenzó el mito entre flores y grietas mis grietas nuestras grietas Él me ofreció semillas de granada el jugo descendió desde la humedad de mi lengua hasta el calor de mi vientre corriente líquida y roja de la cual brotó Perséfone reina del inframundo Por mi sangre corren ríos de granada es un jugo dulce y ácido impregnado de nostalgia Aquella Kore que jugaba en el campo ya no es ya no está ahora soy esta anclada a un trono donde la luz no llega Cuando Hades no me mira coloco las manos cerca de mi ombligo siento el latido de mi útero susurrando una canción antigua Conservo el cáliz bajo mi vientre la copa de la que mana la vida Kore la doncella desconocía el poder de su sangre Perséfone sabe que todo útero es tierra oscura y fértil el río de granada entona un réquiem por cada mujer raptada de sí misma Cuando subo a la superficie a reunirme con mi madre aparece ante mí la imagen de la Kore que fui ofrendándome un cáliz con sus lágrimas yo las bebo para regar las semillas rojas que me habitan Al compás de la alquimia lunar semillas y lágrimas germinan en mi vasija sagrada