Bajo la piel transparente del río
los peces contemplan allá en lo alto
en ese cielo que es para ellos
la parte prohibida del mundo
la cola en llamas de un meteorito
que pronto arrasará con la vida
No hay refugio bajo las rocas
ni consuelo ante el canto fúnebre que entonan
las ondas susurrantes del agua
Hoy quisieran tener alas
para escapar de la caída del dios
que amenaza con detener cada latido
por haber sido expulsado del trono
Cuando por fin roce la faz de la tierra
cuya visión inflama su deseo
solo podrá responder a sus suspiros
con torpes caricias incendiarias
©Nidesca Suárez