Puede que esta canción apocalíptica tiña de humo la roca de la cueva mas no borrará la memoria latente en el trazo del bisonte testigo de una edad recién nacida Oculta de nosotros la luna atiza el fuego el primero y el último el que vio nacer la danza y la palabra el que presintió el vidente en las estrellas Cuando el dragón se convierta en luciérnaga el cielo volverá a mostrar su piel y los mitos brotarán de las semillas para repoblar la tierra Renaceremos sin haber pisado el jardín primigenio plantaremos un nuevo árbol del que podamos comer sin sentir vergüenza de estos cuerpos Pariremos sin dolor la serpiente no volverá a buscar nuestro talón El primero en nacer será inicio y final incubará acertijos celebrará la lluvia como sus ancestros en un tiempo perdido y con la diafanidad flotando en su mirada comenzará a nombrar: Ayer hoy misterio…
©Nidesca Suárez