Perdona por haberte retenido en mi noche me negué a ver que no eras ave nocturna pensé que tú y yo penderíamos por siempre del mismo hilo raído de la luna pero los hilos se rompen y las caídas lastiman Ahora que por fin has volado hacia el día ese reino que me ha sido vedado me he quedado aquí imaginando el sol Cayó la nieve y al intentar hallarte se quebraron mis alas Si alguna vez desciendes a estos gélidos confines tráeme en una vasija un poco de calor si uno de mis fragmentos llegara a lastimarte contén tus ganas de arrojarlo lejos tráelo hasta mí junto con la vasija puede que mis plumas vuelvan a germinar al contacto de tu presencia cálida
©Nidesca Suárez