Imagen de Bya Andrade
Gateabas
preso de tu propia ingenuidad
en los pasillos de una mansión vacía
el antifaz sobre tus ojos te impedía ver el porvenir
o siquiera intuirlo
estabas ansioso por irte con un circo
por ser malabarista
acróbata
danzar sobre columpios y trapecios
nada sabías sobre tu hambre desmedida
ni tu pobre mente impresionable
serías grande
te habían dicho al enviarte
pero tú deseabas ser gigante
sin sospechar que terminarías
deformado por las cicatrices
a los catorce años llegó tu primera gran herida
un tajo que te impediría volver a articularte
gemiste con llanto adolescente
al alcanzar los dieciocho brillaba en ti
la luz de una demencia irreversible
al son del charlestón despuntó tu época loca
escapaste de la prisión del corset
llevaste hasta las orejas
la cabellera legada por tus abuelas
parar no era lo tuyo
pronto te convertiste en reptil insaciable
y al cumplir los treinta y nueve
llegó tu segunda herida
más atroz que la primera
orinarías por doquier
como títere descontrolado
convirtiendo la historia en un pestilente charco
a los cuarenta y cinco no conseguiste extraer
los fragmentos de metralla
incrustados en tu carne más blanda
ni disipar la estela de gas venenoso
que ensombreció para siempre tus pupilas
desde entonces viviste enfebrecido
tu sangre se hizo negra
tus eructos nocivos
decidiste cubrirte con una cortina de hierro
viajar hasta la luna
alucinar con LSD mientras pregonabas
una paz inexistente
all you need is love
extraviaste todo rastro de cordura
en el laberinto de tus postrimerías
diste la espalda a los artistas
te alineaste con los falsos profetas
de una manoseada nueva era
cuando te marchaste
no eras más que un muchacho
enloquecido y cansado
asediado por las salamandras
acá nos dejaste tu poción de mandrágora
y un enjambre de arañas
que aún no han terminado de tejer tu mortaja
* *
* *
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